Varios escritores han encontrado la fama al publicar libros que han disfrutado de éxito, pero otros no tuvieron esa fortuna. Supercurioso presenta seis ejemplos de escritores que fallecieron antes de ver publicadas algunas de sus obras.
Aunque algunos fueron reconocidos en vida, no tuvieron la oportunidad de experimentar los éxitos de sus libros publicados póstumamente.
Stieg Larsson, conocido por la trilogía Millenium, alcanzó la fama póstumamente luego de su muerte en 2004. La serie, compuesta por Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y La reina en el palacio de las corrientes de aire, fue publicada un año después de su fallecimiento.
Charles Bukowski, reconocido por su estilo en el «realismo sucio», falleció en 1994 a causa de leucemia. Su novela Pulp se publicó de forma póstuma en 1995, añadiendo a su legado literario.
Roberto Bolaño, autor chileno influyente y creador del Infrarrealismo, escribió numerosas obras como Los detectives salvajes y Estrella distante. Después de su muerte en 2003, se publicaron muchas de sus novelas, incluyendo la extensa 2666, que se convirtió en una obra destacada.
Pablo Neruda, uno de los poetas chilenos más destacados del siglo XX, vio la publicación de más de 20 libros después de su fallecimiento en 1973. Entre sus obras póstumas destacadas se encuentra Confieso que he vivido, una autobiografía que recoge sus memorias.
John Kennedy Toole, autor de La conjura de los necios, una novela de humor que inicialmente fue rechazada, se suicidó antes de que su madre lograra que el manuscrito fuera publicado en 1980, ganando posteriormente el premio Pulitzer.
Ernest Hemingway, reconocido escritor y ganador del Premio Nobel de Literatura, se suicidó en 1961. Su novela A romper el alba fue publicada póstumamente en 1999, después de más de 30 años de su muerte.
Con información de Super Curioso