No son bebés reales. Su nombre viene del inglés reborn, que significa renacido, y así es exactamente como se ven: bebés ‘venidos al mundo’ gracias a la silicona y el arte realista. Algunos incluso lloran, piden comida y que los lleven a la cama para dormir.
La tendencia está creciendo como una locura en las redes sociales. Entre experiencias de “nacimiento” y encuentros entre “padres” renacidos, el fenómeno está lejos de ser solo una broma.
Para algunos son una forma de expresión, para otros, el reflejo de un problema más profundo. Pero, ¿qué significa la forma en la que nos relacionamos con estas muñecas? ¿Y cuáles son las consecuencias sociales de este fenómeno de las redes sociales? La psicóloga portuguesa Catarina Graça se refirió al tema en un reportaje con la revista MAGG.
¿Arte, terapia o escape emocional?
Los bebés renacidos se asocian a la terapia en contextos delicados, como pérdidas de embarazo, personas con depresión o ansiedad e incluso en terapias para personas mayores.
Esta opción terapéutica puede ayudar ante un vacío emocional, ya sea en casos de infertilidad, pérdida de un hijo o la fase del “nido vacío”, cuando los hijos crecen y abandonan el hogar. Sin embargo, las “propiedades terapéuticas” de tales juguetes están lejos de ser un hecho demostrado.
“Puede usarse como herramienta terapéutica, pero requiere un manejo muy cuidadoso. El propósito de usar estos muñecos es lo que merece análisis. No veo los beneficios terapéuticos de desviar la atención de un ser vivo a un muñeco”, explicó Graça.
La psicóloga también admite que “no es una práctica que considere muy saludable […] sobre todo porque seguiremos estableciendo una conexión con algo que no es real, lo que dificulta y retrasa el proceso de pérdida o trauma”, añade.
Las redes sociales se expanden y los límites se difuminan
Impulsado principalmente por TikTok, el fenómeno se extendió a velocidad viral. Hay videos con millones de vistas que muestran el “día a día” de los reborns. Van desde “nacimientos” con enfermeras y lágrimas, hasta encuentros de “padres” de renacidos.
Y cuando las redes sociales validan algo, es difícil que no acabe por normalizarse. “Puede existir el riesgo de que las personas empiecen a sentirse excluidas y, en algún momento, se conviertan”, advierte la psicóloga, quien considera que el fenómeno difícilmente perdure.
“Es solo una moda pasajera, de corto plazo, pero no creo que sea viable normalizar un comportamiento que no es útil, ni productivo, e incluso podría tener consecuencias psicológicas más graves”, advierte.
Tecnología y apego: cuando el muñeco responde
Como si el realismo visual no fuera suficiente, algunos modelos de bebés reborn ya vienen equipados con inteligencia artificial. Lloran de hambre, de incomodidad, se duermen en los brazos de quien los cuida y sólo se calman con voces familiares.
“La tecnología de estos muñecos refuerza aún más esta creación de realidades paralelas”, explica la psicóloga. “Obviamente, apela al sentimiento de cuidado y pertenencia, pero en una situación patológica, esto solo agrava lo que yo llamo la ‘burbuja reborn’”, señala Graça.
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En Brasil, uno de los países donde el mercado de reborn es especialmente activo, ya surgieron «maternidades» especializadas que reciben a estos muñecos, simulan el alumbramiento y proporcionan documentos como certificados de nacimiento y de vacunación, obviamente no válidos
“Hablar de custodia compartida o de visitas al hospital con un bebé reborn, en mi opinión, ya son comportamientos patológicos”, añade la psicóloga.
El fenómeno se extendió tan rápidamente que llevó al gobierno brasileño a debatir tres proyectos de ley: uno para restringir la atención médica a los bebés renacidos en instituciones públicas y privadas; otro para regular el seguimiento psicológico de las personas con vínculos emocionales con las muñecas; y una tercera que pretende aplicar multas a quienes intenten utilizar reborns para obtener prioridad en los servicios públicos.
Paralelamente, en el estado de Río de Janeiro se propuso el “Día de la Cigüeña Reborn”, como un homenaje a los artesanos que producen los muñecos.
También en Brasil, la Iglesia Católica ha tenido que responder ante la nueva moda. Tal como informáramos, un sacerdote usó las redes sociales para informar que no sacramentaría a los muñecos.
“No realizo bautizos para muñecos reborn ‘recién nacidos’, ni atiendo a ‘madres’ de muñecos reborn que buscan catecismo. Tampoco se celebra la misa de Primera Comunión para los niños reborn. No hay oración de liberación para un bebé reborn poseído por un espíritu reborn. Y, por último, tampoco doy misa del séptimo día para bebés reborn que se queden sin baterías. Estas situaciones deben consultarse con un psicólogo, psiquiatra o, en última instancia, al fabricante del muñeco”, expresó con humor el cura Chrystian Shankar.
Posteriormente, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de los Negros, templo histórico de la ciudad de Salvador de Bahía, se pronunció al respecto, revela Montevideo Portal.
Vía Cactus24
