Lo que comenzó como una noche animada en uno de los barrios más concurridos de Chicago, conocido por su oferta gastronómica y vida nocturna, terminó en tragedia el miércoles, cuando un grupo de personas fue atacado a tiros desde un vehículo en movimiento. El ataque dejó al menos cuatro muertos y 14 heridos, según informaron las autoridades.
El caos se desató en segundos. Testigos describieron escenas de pánico, gritos, personas cayendo al suelo y buscando desesperadamente a sus acompañantes. “Solo puedo describirlo como una zona de guerra”, relató el pastor Donovan Price, quien brinda apoyo a víctimas de violencia en la ciudad. “Había sangre, gritos, confusión… Fue una escena horrenda”.
El superintendente de la Policía de Chicago, Larry Snelling, calificó el tiroteo como un “acto cobarde” durante una rueda de prensa ofrecida el jueves, junto al alcalde Brandon Johnson. Snelling precisó que el ataque ocurrió en un lugar alquilado para un evento privado, lo que refuerza la hipótesis de que se trató de un ataque premeditado.
“En cuestión de segundos, dispararon contra 18 personas, quitando la vida a cuatro de ellas”, señaló. Las víctimas fatales fueron dos hombres y dos mujeres, mientras que los heridos, 13 mujeres y cinco hombres, tienen edades entre los 21 y 32 años. Al menos tres de los heridos permanecen en estado crítico.
El conductor del vehículo desde el cual se realizaron los disparos huyó inmediatamente del lugar. Hasta el momento, no hay detenidos, y las autoridades están revisando grabaciones de cámaras de seguridad y analizando casquillos de al menos dos calibres diferentes, lo que sugiere la participación de más de un tirador.
Snelling pidió a la ciudadanía colaborar enviando información o pistas de forma anónima. “Claramente, había un objetivo”, afirmó. “Esto no fue un tiroteo al azar”.
El ataque ocurre justo antes del fin de semana del Día de la Independencia, una fecha en la que históricamente se registra un repunte de la violencia armada en Chicago y otras ciudades del país. El año pasado, más de 100 personas fueron baleadas durante ese fin de semana, con al menos 19 muertes.
Aunque las cifras generales de violencia han disminuido en la ciudad en los últimos años, hechos como este generan preocupación entre las autoridades y la comunidad. “La violencia ha dejado a nuestra ciudad en un estado de duelo”, dijo el alcalde Johnson, recordando la difícil tarea de garantizar la seguridad en fechas festivas.
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