A pesar de la difícil situación económica que atraviesa Venezuela, los monaguenses se preparan para celebrar la Navidad con el mismo fervor de siempre. Pues, los hogares se llenan de aromas familiares; mientras que sus miembros se reúnen para elaborar hallacas, pan de jamón, ensalada de gallinas, la famosa torta negra y otras delicias que son el corazón de la festividad venezolana. La entrega de regalos, las cenas de fin de año y el amigo secreto son tradiciones que continúan fuertes, recordando que la esencia de la Navidad va más allá de lo material.
Alejandro Cedeño comparte que en su hogar compuesto por ocho miembros, realizan la cena navideña una vez al año, entre el 24 y el 31, colaborando económicamente a pesar de la situación del país.
“La cena navideña es sagrada para nosotros. Aunque haya menos comida en la mesa, lo importante es compartir con nuestros seres queridos. Este año haremos pan de jamón y un poco de ensalada”.
La señora Teresa Rincones de Rivas, también expresó que a pesar de las circunstancias, hay un ambiente festivo en su casa.
“Yo hago mi cena el 24 con mis dos hijas y luego, para el 31, nos reunimos toda la familia en casa de mi hermana para compartir el fin de año. Aunque tengo poco dinero, espero y confío en Dios que podré hacer la cena navideña”.
Es importante señalar que muchos maturineses resaltaron la migración de sus familiares, asegurando que las Navidades ya no son como en años anteriores, cuando toda la familia estaba presente, sin embargo, con los que quedan aún celebran esa alegría navideña.
“En mi familia no estamos todos; tengo a mi hija y nieta fuera del país. Ahora somos tres en casa, lo que significa menos reuniones familiares, pero seguimos esforzándonos para que las cosas sean mejores”, comenta María de Los Ángeles Mata.
José Meneses también expresó su compromiso. “Normalmente hago la cena con esfuerzo e invito a mi familia; si alguien puede llevar algo para colaborar, lo hace; si no, no importa”.
Agregó: “En casa preparaos desde la hallaca hasta el pan de jamón. Aunque no pido ayuda, siempre hay algún familiar que trae algo el día de la cena”. Así como muchos entrevistados harán un esfuerzo por mantener viva la tradición decembrina con su cena navideña, otros simplemente no podrán hacerlo.
“No creo que en mi casa hagamos nada este año; somos nueve hermanos y ocho están fuera del país. No hay emoción por reunir a la familia”, lamentó Pablo García.
Deseos y esperanzas de los maturineses para el 2025
A medida que se acerca el nuevo año 2025, los ciudadanos de Maturín expresan sus esperanzas y deseos en un ambiente lleno de reflexión y anhelo por un futuro mejor. En medio de las festividades navideñas, los maturineses comparten sus anhelos para su ciudad y su comunidad.
El año 2024 ha sido un desafío para muchos, pero los maturineses ven en el próximo año una oportunidad para innovar y comenzar con el pie derecho. Entre los deseos más recurrentes están la paz, el amor y una mayor conciencia ciudadana.
María Mata, residente local, expresó: “Un deseo es que los ciudadanos tengamos más fe y aportemos por un futuro en el que no solo mejoremos como individuos, sino que también embellezcamos nuestra ciudad, no solo en el centro sino también en sus alrededores”.
La prosperidad también se destaca como un deseo fundamental entre los habitantes. Adrián Meneses comentó: “Pido prosperidad para todos, tanto para quienes tienen negocios como para quienes trabajan en ellos. Que nos vaya bien en el 2025 y que tengamos un feliz año en Maturín”.
Además, la mejora en los servicios de salud resuena como una necesidad urgente. Manuel Núñez enfatizó la importancia de la atención sanitaria: “Es crucial que todos tengamos acceso a la salud. Si nos enfermamos, nada de lo demás importa. Nuestra ciudad necesita más atención, especialmente en los barrios que han estado olvidados durante más de diez años”.
Mientras Maturín se prepara para recibir el 2025, sus ciudadanos continúan soñando con un futuro lleno de oportunidades. Con deseos de paz, prosperidad y salud, la comunidad se une en la esperanza de construir un mejor mañana.
Fotos/Osmel Rodríguez