
El juego de tocar timbres, conocido en inglés como «doorbell ditch» o «ding-dong ditch», es una broma infantil clásica y muy simple. El objetivo del juego es que una persona, por lo general un niño o un adolescente, se acerca a la puerta de una casa, toca el timbre o golpea la puerta y, acto seguido, corre a esconderse para evitar ser visto por el residente.
La diversión radica en el desafío de no ser descubierto y ver la reacción de la persona que abre la puerta. Aunque es una travesura que se ha practicado por generaciones y no tiene la intención de causar daño, en raras ocasiones ha tenido resultados trágicos. Un ejemplo de esto es el reciente caso en Houston, donde un niño fue asesinado mientras jugaba a tocar timbres, lo que inicialmente comenzó en juego, simplemente terminó en tragedia.
Acusado
Un hombre ha sido acusado de asesinato por la trágica muerte de Julián Guzmán, un niño de 11 años que fue baleado el sábado por la noche mientras jugaba a tocar timbres con sus amigos.
Las autoridades, que inicialmente habían detenido y liberado a otras persona para ser interrogadas, confirmaron que Gonzalo León Jr., de 42 años, en el responsable del crimen.
Según los informes policiales, el tiroteo ocurrió en la dirección 9700 de Racine Street, a pesar de que el sospechoso alegó que el ataque fue en defensa propia, la investigación concluye que el niño fue baleado por la espalda mientras se alejaba corriendo de la casa. En la vivienda del acusado se incautaron varias armas.
Este trágico suceso ha conmocionado a la comunidad y ha reavivado el debate sobre la seguridad y el control de armas en el estado de Texas. Una vecina del barrio, visiblemente afectada, lamentó el incidente. «No deberíamos tener armas cerca de los niños, y punto. Porque una bala no tiene nombre».
Vía | Noticia al Día