Las dos mujeres de 71 y 74 años asesinadas en Morata de Tajuña junto con su hermano mayor de 79 conocieron en 2017 por Facebook a dos supuestos militares con los que iniciaron una relación virtual que arruinó sus vidas.
Uno de estos dos estafadores del amor envió a Ángeles el siguiente mensaje: «Estuve un rato mirando tu página, mirando tu hermosa foto. Me asombró la increíble belleza con la que Dios te creó. Me gustaría tenerte como amigo. Tengo muchas ganas de saber más acerca de este hermoso ángel con el que estoy bendecido. Sino te importa, quiero que me agregues como amigo».
La mujer se quedó enseguida prendada por este párrafo y le contestó rendida. «Esos son tus ojos». Iniciaron de inmediato una conversación en la que el hombre siguió adulando a la mujer: «Te ves muy hermosa y atractiva. No es seguro hablar aquí, podemos hablar por WhatsApp».
En poco tiempo, este hombre empezó una relación virtual con la septuagenaria y, en paralelo, su hermana también inició la misma amistad con otro hombre llamado Edward.
Ambos se hicieron pasar por militares norteamericanos destinados en Afganistán. Poco a poco fueron atrapando a las dos hermanas, iniciaron una falsa historia de amor, y empezaron a pedirles pequeñas cantidades de dinero debido a que estaban destinados en un país donde no podían pagar con sus tarjetas.
Las dos hermanas se convirtieron en una sucursal bancaria para estos dos hombres que para todo el mundo, menos para ellas, eran dos supuestos estafadores.
Utilizaban fotos falsas, suplantaban la identidad de dos militares y seguramente utilizaban un traductor para intercambiar mensajes con ellas.
Estafa
Las dos mujeres fueron vaciando sus cuentas y vendiendo sus propiedades para satisfacer a sus presuntos novios. Hasta la propia entidad les alertó, sin éxito, de que podrían ser víctimas de una estafa.
«Hubo un día que les pidieron 35.000 euros para pagar un helicóptero que les rescatase de un país extranjero y ellas aceptaron, y otro día les dijeron que comprasen un coche de lujo valorado en 60.000 euros», cuenta un vecino.
Uno de los dos estafadores, que decía llamarse Edward y estar destinado en Afganistán, les comentó que el segundo había fallecido y que necesitaba que las hermanas le ayudasen económicamente para sufragar los gastos previos a cobrar una millonaria herencia, que compartiría con ellas. En concreto, les ofreció hasta siete millones de euros.
Incredulidad
Las mujeres llegaron a vender un piso en Madrid, coches, muebles y se calcula que enviaron hasta 400.000 euros a los dos estafadores. Pidieron dinero a familiares y amigos ofreciéndoles el doble de lo que le prestaban en un futuro próximo.
Con las cuentas vaciadas, sin créditos y casi sin amigos, empezaron a pedir dinero a personas de dudosa reputación en Arganda, según sus allegados.
«Últimamente ya se conformaban con recuperar solo parte de los 400.000 euros y muchos días iban al banco para mirar si les habían abonado algo sus falsos novios, es tremendo como seguían creyendo en ellos», señaló ayer un vecino que conocía muy bien a las hermanas.
También les ayudó hace dos años con 60.000 euros un ciudadano pakistaní, propietario de un negocio. El pasado verano este hombre amenazó a las hermanas para recuperar el dinero. Incluso llegó a golpear con un martillo a una de ellas. Fue detenido por este ataque acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa. Este hombre salió de prisión este mes de enero y es uno de los investigados por la Guardia Civil. También están en el radar de los agentes otros prestamistas de los tres hermanos hallados muertos este pasado jueves en su casa de Morata. Los cadáveres estaban semicalcinados y tenían golpes por todo el cuerpo. La puerta no había sido forzada y las persianas estaban bajadas.La muerte de los tres hermanos se pudo producir a mediados de diciembre. Los cadáveres presentan quemaduras y golpes. Los vecinos que viven en la misma calle mantienen que no oyeron nada raro ni vieron nada extraño en la vivienda de los fallecidos.
Con información de Notitarde