Si quieres lograr que tus rebozados queden firmes y crujientes, sigue los seis trucos que te damos a continuación para obtener una textura perfecta.
Escoge los ingredientes correctos para la masa
Para un rebozado crujiente, utiliza una combinación de harina de trigo con otros ingredientes como maicena o harina de arroz. La maicena y la harina de arroz ayudan a que el rebozado se mantenga ligero y crujiente, además de evitar que absorba demasiado aceite.
Ajusta la humedad
El rebozado debe ser lo suficientemente espeso para cubrir el alimento, pero sin exceso de líquido, ya que esto puede hacerlo más pesado. Si quieres un extra de crujiente, reemplaza parte del agua con cerveza o agua con gas fría, lo que añade burbujas de aire a la mezcla y aporta una textura más ligera y crujiente.
Enfría la mezcla antes de freír
Para un resultado más crujiente, refrigera la mezcla durante al menos 10-15 minutos antes de usarla. La diferencia de temperatura entre la masa fría y el aceite caliente ayuda a crear una textura más firme y crujiente.
Seca bien los alimentos antes de rebozarlos
Es fundamental que los ingredientes estén completamente secos antes de pasarlos por el rebozado. La humedad adicional puede hacer que el rebozado se despegue y pierda firmeza.
Usa el aceite correcto y a la temperatura adecuada
Elige aceites con un punto de humo alto, como el aceite de canola o de girasol, y asegúrate de que esté a la temperatura ideal (180-190°C) antes de comenzar a freír. Si el aceite está demasiado frío, el rebozado absorberá más aceite, y si está muy caliente, se quemará sin llegar a cocinarse por dentro.
Evita sobrecargar la sartén o freidora
Freír pocos alimentos a la vez permite que el aceite mantenga su temperatura ideal. Si agregas demasiados a la vez, el aceite se enfría y el rebozado pierde su textura crujiente.
Vía 2001.