La mayoría de los países latinoamericanos han apoyado en la Asamblea General de Naciones Unidas las tres resoluciones que se han presentado hasta ahora para pedir el fin de la guerra y la retirada de las tropas rusas, con algún matiz y varias salvedades, como el rechazo de Nicaragua y las abstenciones de Bolivia, Cuba y El Salvador.
Países como Chile, Uruguay, República Dominicana, Uruguay o Guatemala, no solo mostraron su apoyo, sino que en la última de las resoluciones presentada el jueves con motivo del primer aniversario del comienzo de la guerra se implicaron hasta el punto de participar como copatrocinadores.
Venezuela, por su parte, no pudo participar al haber perdido temporalmente su derecho al voto debido a las deudas contraídas con la ONU.
El jueves, la Asamblea General aprobó una resolución que pide el «cese de hostilidades» en Ucrania y la retirada de las tropas rusas con 141 votos a favor y siete en contra, mientras que 32 países se abstuvieron.
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Anteriormente, los países de la Asamblea ya habían mostrado en dos ocasiones su apoyo a propuestas similares, una presentada el 2 de marzo de 2022, que también contó con 141 países y la segunda propuesta el 22 de octubre del año pasado, que fue respaldada por 143 estados.
Solo Nicaragua ha mostrado un cambio de postura en este tiempo, ya que se abstuvo en la primera votación y pasó a votar en contra -poniéndose del lado de Rusia- en las dos siguientes.
Los diferentes matices de los apoyos
Aunque la abrumadora mayoría de las capitales latinoamericanas han dado su sí a la resolución, en los discursos de sus delegados se han percibido algunos matices.
Algunos estados han dado su apoyo incondicional al documento y han responsabilizado sin ambages a Rusia del ataque, como Uruguay que arrancó su discurso asegurando: «El 24 de febrero se cumple un año de la invasión injustificada del territorio ucraniano por parte de las fuerzas militares de la Federación de Rusia».
Uruguay se unió sin ambages al llamamiento a Moscú para que cese sus operaciones y «retire a la mayor brevedad sus fuerzas de territorio ucraniano».
Sin embargo, otros países que han votado «sí» no han ocultado sus reservas, como es el caso de Brasil, que ha llamado al diálogo y a la paz «en lugar de avivar el conflicto» y que ha evitado levantar el dedo acusador contra Moscú.
Otros como México, no han dudado en reconocer la «independencia y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas», en hacer un llamamiento a la paz y al respeto y protección de los civiles y a la necesidad de que se rindan cuentas, pero su representante ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, evitó citar a Rusia o solicitar su inmediata retirada de suelo ucraniano.
Colombia, en la línea de México, mostró su rechazo «al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier país», así como a cualquier tipo de agresión no provocada y también llamó a una salida negociada del conflicto, evitando, una vez más, el empleo de una retórica más directa o agresiva, como sí hizo Montevideo.
Abstenciones con sabor a rechazo
Entre los países que se han abstenido, algunos discursos como el de Cuba parecían decantarse en su tono más por el rechazo que por el apoyo.
Así, la Habana evitó mencionar en su discurso a Moscú, aunque no dudó en citar a Washington sobre quien dijo que hace casi un año Cuba ya advirtió de que la historia exigiría responsabilidad al gobierno de Estados Unidos por las consecuencias de una doctrina militar crecientemente ofensiva fuera de las fronteras de la OTAN».
«Hoy, en Ucrania, en lugar de disminuirse las tensiones, se exacerba la confrontación en el terreno, mediante el flujo creciente de armas, la retórica agresiva y las sanciones unilaterales, que contribuyen a extender el conflicto», dijo el embajador cubano Pedro Luis Pedroso Cuesta ante el resto de representantes de la Asamblea.
Con información de 800Noticias.