El ambicioso programa espacial de SpaceX, liderado por Elon Musk, sufrió un revés significativo durante el séptimo vuelo de prueba de su cohete Starship, el más grande jamás construido. Según informó The New York Times, aunque la etapa inferior del cohete, conocida como Super Heavy, logró regresar exitosamente al punto de lanzamiento, la etapa superior experimentó una falla catastrófica que resultó en la pérdida de la nave mientras ascendía hacia el espacio. Este incidente ocurrió este jueves a las 5:37 p.m. hora del Este, desde la base de lanzamiento de SpaceX en el sur de Texas.
De acuerdo con el medio, la etapa superior, también llamada Starship, sufrió un apagado prematuro de algunos de sus motores, lo que provocó la interrupción de las comunicaciones con la nave aproximadamente 8,5 minutos después del despegue.
Videos publicados en redes sociales mostraron lo que parecían ser restos del cohete cayendo sobre el Caribe, lo que sugiere que la nave se desintegró en pleno vuelo. Kate Tice, presentadora de la transmisión oficial de SpaceX, confirmó la pérdida de la nave al declarar: “Podemos confirmar que perdimos la nave”.
El futuro del Starship: de la Luna a Marte
El Starship es una pieza central en los planes de exploración espacial de SpaceX y de la NASA. Elon Musk ha declarado que este cohete será el vehículo que llevará a los humanos a Marte en el futuro. Por su parte, la NASA ha contratado a SpaceX para desarrollar una versión del Starship que transportará astronautas desde la órbita lunar hasta la superficie de la Luna como parte de la misión Artemis III, programada para 2027.
Sin embargo, el reciente fallo podría retrasar aún más los planes de SpaceX para realizar vuelos tripulados. Jared Isaacman, empresario y astronauta privado que había sido seleccionado para participar en el primer vuelo tripulado del Starship, podría ver pospuesta su misión. Además, su reciente nombramiento como administrador de la NASA por parte del presidente electo Donald Trump podría mantenerlo en tierra por un tiempo indefinido.
Un historial de avances y contratiempos
Los vuelos de prueba anteriores del Starship han mostrado un progreso constante, aunque no exento de problemas. Durante el sexto vuelo, realizado en noviembre, la etapa superior logró completar una trayectoria suborbital y amerizar en el Océano Índico, pero posteriormente volcó y explotó. En esa ocasión, el Super Heavy también reingresó a la atmósfera, aunque no pudo ser capturado debido a daños en los sensores de los brazos mecánicos.
El séptimo vuelo, sin embargo, marcó la primera vez que SpaceX no logró repetir todos los hitos alcanzados en pruebas anteriores. Este revés subraya los desafíos técnicos que enfrenta la compañía en su esfuerzo por desarrollar un sistema de lanzamiento completamente reutilizable y confiable.
Un cohete sin precedentes
El Starship, con una altura total de 122 metros (403 pies), supera en casi 30 metros a la Estatua de la Libertad, incluida su base. Su diseño futurista, construido en acero inoxidable, recuerda a los cohetes de las películas de ciencia ficción de los años 50. La etapa superior está diseñada para transportar tanto carga como pasajeros, con la capacidad de realizar misiones a la Luna, Marte y más allá.
A pesar de los contratiempos, Elon Musk mantiene su optimismo característico. En una publicación en la red social X, compartió imágenes de los restos del cohete y comentó: “El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado”.
Con información de Infobae