Rigoberto Barrientos, tachirense con 23 años en el país europeo, consolida Barrientos Reinigungen, conformado por una cincuentena de empleados. Su constancia y sacrificio le permiten tener una cartera de clientes potentes, entre los que destacan BMW y Patek Philippe.
La historia de Rigoberto Barrientos, tachirense con 23 años en Suiza, es de esas historias que reivindican el trabajo desde abajo, cuando se aprovechan las oportunidades y se piensa en grande.
Su experiencia es contada por Sumito Estévez en su blog luego que el chef venezolano, residente en Italia, le prestara servicio de catering durante la inauguración de las oficinas de Barrientos Reinigungen, en Zurich.
Poco después de llegar a Zurich, Sumito detalla que Barrientos comenzó a trabajar de lunes a viernes en una empresa que escaneaba y digitalizaba el material impreso burocrático del país, de la prensa y las empresas.
En ese lugar hizo carrera, amistad con su jefe y se entrenó en los sutiles pero rigorosos códigos de conducta colectiva de la sociedad suiza. También aprendió a vivir con lo que ganaba y a predecir su futuro en la calmada, pero híper laboriosa sociedad que lo acogía”, detalla el prestigioso chef venezolano.
Pero los ingresos se hacían insuficientes en función de gastos inesperados y buscó y encontró empleo sábados y domingos, limpiando la oficina de un bufete de 4 abogados.
Su jornada pasó de lunes a lunes hasta que los abogados decidieron separarse y montaron 4 oficinas distintas. La jurista que lo contrató le dijo que estaban muy contentos con su trabajo y le preguntó si quería limpiar las 4 oficinas. ¡Y Barrientos dijo que sí!
Y así, según el relato de Estevez, comenzó a salir del trabajo los viernes para irse a limpiar ese mismo viernes. Sábados y domingo llegaba extenuado de madrugada a su casa. Se le pusieron gruesos los dedos de tanto restregar pocetas y superficies, pero su esposa, pronto le hizo caer en cuenta que ganaba más que en su otro trabajo.
Rigo habló con su jefe y luego de diez años de labor impecable le contó lo que hacía y le pidió, a cambio de menos salario, que le permitiera trabajar de lunes a jueves para poder lavar las oficinas de viernes a domingo.¡Le dijo que sí! De hecho, le dijo que mientras no fallara los otros días en la labor que se esperaba del todo bien, y que ese viernes lo esperaría por un tiempo de volver a necesitarlo”, cuenta.
Momento crucial
Y así pasó un tiempo. Hasta que llegó un momento de inflexión. La abogada suiza le hizo una pregunta difícil: “¿Quieres crecer? ¿Puedes con otras oficinas? ¡Y volvió a decir que si!”, exclamó Sumito.
Rigo entonces se inscribió en una sociedad de empresarios que se reunían semanalmente. Allí contó su testimonio y se ganó los únicos aplausos de aquel encuentro. Comenzaron a llamarlo. Ya tenía empleados a los que entrenaba y pagaba por hora porque ya él y su esposa Teresa no podían solos. Así el tachirense decidió hablar con su jefe y le informó que se quería atrever.
Hoy Barrientos Reinigungen pasa de la cincuentena de empleados, inauguró oficinas y depósitos nuevos y cuenta en su cartera de clientes a nombres como BMW o Patek Philippe. Sin dudas, una empresa que se consolida por el esfuerzo y mística de su fundador.
Con información de Versión Final.