
Carrillo, quien se había instalado en la ciudad de Quilmes y consiguió trabajo como repositor en el supermercado de Moscuzza, renunció a su empleo y luego planeó el secuestro junto a un grupo de delincuentes.
Aprovechando la pandemia de Covid-19, el secuestro se llevó a cabo en octubre de 2020. Moscuzza estuvo cautivo durante cinco días y la pesadilla solo terminó después de que su hermano pagara un rescate de 65.000 dólares en bitcoins, la criptomoneda más conocida.
Cortesía 800Noticias.