
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela calificó como un “robo descarado y un acto de piratería internacional” la incautación de un tanquero anunciada públicamente por el presidente estadounidense Donald Trump, quien aseguró que la operación se realizó “en las costas” del país suramericano.
En un comunicado difundido por el canciller Yván Gil, Caracas repudió enérgicamente lo que considera un asalto confesado por la Casa Blanca contra un buque petrolero en el mar Caribe.
El texto oficial subraya que este hecho constituye una violación flagrante del derecho internacional y anunció que Venezuela llevará la denuncia a instancias multilaterales, incluyendo la ONU y otros organismos internacionales, para exponer la agresión y exigir responsabilidades.
El Gobierno recordó que no es la primera vez que Trump admite su interés en apropiarse del crudo venezolano. Durante la campaña presidencial de 2024, el mandatario estadounidense declaró abiertamente que su objetivo era “quedarse con el petróleo venezolano sin pagar contraprestación alguna”.
Para Caracas, estas declaraciones confirman que la política de agresión de Washington responde a un plan deliberado de despojo de las riquezas energéticas de Venezuela.
El comunicado enfatiza que las verdaderas razones de la hostilidad prolongada contra el país no tienen relación con migración, narcotráfico, democracia o derechos humanos, sino con el control de los recursos naturales: petróleo, energía y riquezas que pertenecen exclusivamente al pueblo venezolano.
Las autoridades venezolanas aseguraron que este acto de piratería será denunciado ante la comunidad internacional como prueba de la estrategia de saqueo y presión económica que EE.UU. mantiene contra la nación. Caracas insistió en que la defensa de sus recursos es inseparable de la defensa de su soberanía y que no permitirá que intereses extranjeros se apropien de bienes que son patrimonio del pueblo.