Las reservas de oro venezolanas, que son motivo de controversia en medio de las políticas de control de ese activo por parte de la administración de Nicolás Maduro, aún están entre las más fuertes de América, pero hace un poco más de una década, en el 2011, eran significativamente más altas y tocaron las 365,85 toneladas.
De acuerdo a cifras recientes del banco central de ese país, las reservas de oro cayeron hasta las 61 toneladas en 2023, un retroceso del 11,5 %, mientras que el valor de estas tocó los US$3.800 millones, lo que significó una caída de de US$71 millones, según cifras publicadas por la agencia Reuters.
No obstante, las sombras que reposan sobre los datos oficiales hacen difícil hacer un rastreo completo del oro. El Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) ubica las reservas de Venezuela en las 161,22 toneladas métricas en 2023, las segundas más fuerzas de América de EE. UU. Entre tanto, el Banco Mundial (BM) solo tiene cifras del 2017 del valor de estas reservas (US$9.794,06 millones).
El oro es considerado como una reserva de valor y un activo seguro en tiempos de incertidumbre económica, al proporcionar en algunas ocasiones estabilidad y respaldo a la moneda nacional.
“Aunque en el caso de Venezuela, la situación política y económica complicada ha generado desconfianza en su capacidad para utilizar estas reservas de manera efectiva” explicó a Bloomberg Línea el analista y vicepresidente ejecutivo del banco de inversión Values AAA, Álvaro Humberto Ojeda.
Combatir la “dictadura del dólar” con oro
El plan del entonces presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013), era combatir la “dictadura del dólar” a través de la acumulación de oro y consiguió amasar una de las principales reservas en América.
En 2011, Chávez ordenó la repatriación del oro venezolano que se resguardaba en bancos internacionales, equivalentes en ese entonces a unos US$11.000 millones.
“La crisis económica global se ha tragado una cantidad de bancos en Norteamérica y Europa, y por eso tenemos que tomar medidas para salvaguardar las reservas internacionales de todos los venezolanos”, justificó en su momento el fallecido mandatario.
Venezuela mantenía almacenado su oro principalmente en la banca internacional en países como Reino Unido, EE. UU., Canadá, Suiza y Francia, pero el Estado asumió el control de la administración de estos activos y con la llegada al poder de Nicolás Maduro esta política se intensificó en medio de la caída de la renta derivada de la exportación petrolera y la crisis económica en ese país.
En medio de las presiones para financiar al Estado, Venezuela utilizó el oro como garantía en préstamos internacionales, pero al no poder cumplir con algunos de sus compromisos, estos activos pasaron al control de entidades financieras.
El alemán Deutsche Bank, por ejemplo, ejecutó la garantía por un préstamo de efectivo otorgado en 2016 por US$750 millones, adjudicándose 20 toneladas de oro del país sudamericano.