El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, dijo este domingo, al término de la Cumbre para la Paz en Ucrania, que Rusia ahora «no está preparada para la paz».
Según Zelensky, esto quedó demostrado con el planteamiento del presidente ruso Vladímir Putin de que para entablar negociaciones para poner fin a la guerra, Ucrania debe abandonar los territorios ocupados ilegalmente por fuerzas rusas.
En la conferencia de prensa de clausura, el mandatario dijo que Putin ha cometido varios «errores históricos» desde que inició su agresión contra Ucrania y que esa propuesta es uno más de ellos.
También sostuvo que Putin se equivocó al intentar sabotear la cumbre convenciendo a países que le son más o menos próximos de que no acudieran.
La Cumbre para la Paz en Ucrania, celebrada en Suiza, culminó con una declaración final de 84 Estados de los más de 110 participantes. La presidenta suiza, Viola Amherd, reconoció que no había acuerdo sobre cómo y cuándo debería participar Rusia, pero reconoció la importancia de esta primera vez en la que se aborda al más alto nivel sobre la paz en Ucrania.
«La declaración de la cumbre envía una señal clara de que se necesitan cambios. Hay ideas comunes para una paz justa y duradera», declaró Amherd en su discurso.
Amherd puso como ejemplos la seguridad de las instalaciones nucleares, la seguridad alimentaria y el acceso de Ucrania a sus puertos, así como la liberación de todos los prisioneros de guerra y la devolución de la infancia deportada de Ucrania.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, afirmó que estos tres temas constituían «condiciones mínimas» para las negociaciones con Rusia, aludiendo a que muchos otros puntos de desacuerdo entre Kiev y Moscú serán más difíciles de superar.
Según el documento final, la Carta de las Naciones Unidas y «el respeto de la integridad territorial y la soberanía […] pueden servir y servirán de base para lograr una paz global, justa y duradera en Ucrania».
Amherd afirmó que el hecho de que la «gran mayoría» de las y los participantes estuvieran de acuerdo con el documento final «demuestra lo que la diplomacia puede lograr».
Rusia, que no fue invitada y había dejado claro que no quería asistir, calificó la cumbre de pérdida de tiempo y presentó en su lugar propuestas rivales. China fue otra notable ausente.
Cortesía 2001.