El café es una bebida arraigada en la vida cotidiana de muchas personas, pero su consumo no está exento de consecuencias. Según el toxicólogo Castren Schleh, el café puede generar adicción, un fenómeno respaldado por numerosos estudios que han llevado al reconocimiento médico del trastorno por consumo de cafeína. Aunque se espera que la producción y los precios del café sean afectados por el cambio climático, la tendencia actual apunta a un aumento en su consumo.
El café contiene una compleja mezcla de más de mil componentes, entre los que destacan los polifenoles, la vitamina B2 y el magnesio. Sin embargo, su ingrediente más conocido es la cafeína, una sustancia natural que actúa como estimulante en el organismo. La cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, lo que aumenta la actividad de neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, generando sensaciones de alerta y energía.
Aunque el café puede proporcionar beneficios para la salud en dosis moderadas, su consumo excesivo puede llevar a la adicción a la cafeína. Los síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza, dificultad para concentrarse y cambios de humor, son comunes en personas que reducen su ingesta de cafeína. A pesar de esto, dejar de consumir café de manera abrupta rara vez es necesario y puede resultar en efectos secundarios desagradables. Por ello, se recomienda reducir gradualmente la ingesta de cafeína para evitar posibles recaídas.
Con información de DW
