
En un recorrido por los distintos puestos de expendio de alimentos del centro de Maturín, se pudo conocer que algunos vendedores cuentan con el certificado de manipulación de alimentos y otros no lo tienen y se encuentran laborando sin las debidas reglas de seguridad, higiene y certificación.
Uno de los puntos más resaltantes que se observó en los puestos de venta de alimentos fue la falta de renovación de documentos, como el de manipulación de alimentos, uno de los más importantes para laborar en ventas de comida.
Roberzy Rojas, vendedora de empanadas y pastelitos de la calle Miranda, informó que cuenta con el certificado de manipulación de alimentos pero que este no es renovable.

Por su parte, Anaís Barrios, informó que empezó a trabajar vendiendo pastelitos y empanadas y no cuenta con el certificado de manipulación de alimentos.
Asimismo se conoció por parte de los vendedores, que la supervisión a los puestos la hacen cada dos meses, algunas veces duran más tiempo sin supervisar, así lo señaló Daismelys Rondón, vendedora de empanadas.

Los consumidores también expresaron la necesidad de que estos puestos tengan una supervisión constante y con muchas exigencias hacia los vendedores, alegan que no trabajan con guantes, delantales, gorros, ni tapabocas, considerando que son implementos de suma obligatoriedad que deben ser usados por los vendedores.
Carlos Figueroa, consumidor, manifestó que «los certificados de manipulación deben tener fecha de vencimiento para que puedan ser renovados, pues una persona hoy puede estar bien de salud y contraer bacteria en unos años, y seguirá laborando con el mismo certificado porque no son renovables, no debería pasar eso», expresó con preocupación.
Fotos Osmel Rodríguez