Yalitza García está desesperada, camina de un lado al otro con las manos en la cabeza y el rostro marcado por el dolor, luego de perderlo «todo» tras el incendio de la pieza donde habita desde hace casi 9 años en la sede de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), en el sector Alberto Ravell de Maturín.
Ella -junto a su esposo, dos hijos y un nieto- residen en la antigua oficina del Sindicato de Educación. Acuerdo que llegó con la representante, Norelis Betancourt, para además cuidar los espacios.
El sábado, en horas de la tarde, un corto circuito los sorprendió y consumió el anexo y todo lo que tenía dentro, incluyendo cuatro cachorros de perros que tenían pocos días de nacido.
García, consternada por lo sucedido, relató que para el momento del siniestro su niña estaba dentro del lugar y como pudo logró sacarla, algunos vecinos la ayudaron y pudieron apagar el fuego, «Protección Civil y Bomberos nunca llegaron».
Explicó la mujer que ella no se encuentra invadiendo el espacio «como se ha querido hacer ver. Esta gente que me acompaña están aquí apoyándome por esta tragedia».
«Yo tenía mi ranchito en la Cruz Pereza y por venirme para acá, firmando un papel con la señora, me invadieron mi casita, quedé sin nada», contó.
Yalitza expuso de igual modo que se ha negado abrir el portón principal del lugar por las supuestas pretensiones de desalojarla, «me han humillado. Solo quiero que me ayuden y pueda conseguir una casita para irme. No me niego a salir pero así no, yo perdí todo por cuidar esto y hoy vienen a decirme que desaloje. Quiero que venga la Alcaldesa o el Gobernador para que sepan de mi realidad».
La afectada puntualizó también que durante su estadía en el sitio procuró mantener todo aseado y cuidado, así como brindarle a sus seres queridos lo necesario como ropa, comida, calzado y estudios.
Causas del corto circuito
Darwin Rodríguez, esposo de Yalitza, contó que el accidente se produjo en primer lugar por el tipo de cable que conduce la energía al anexo, pues era un cable de teléfono y aunque notificaron varias ocasiones la necesidad de cambiarlo, todo quedó en veremos.
También, hace un tiempo, el cable que se alimentaba del poste «echaba candela casi siempre y se cambió».
Fotos: Osmel Rodríguez
