
El keniano se impone en el tercer ‘major’ de la temporada con la segunda mejor marca de la historia
Cuando pasan la marca que señala el paso por la media maratón, atrás queda el Puente de Londres, sobre el suelo mojado de la capital británica Kelvin Kiptum, un keniano 23 años, hace un gesto inequívoco a las liebres.
«Apretad, apretad, apretad». No le vale el ritmo que mantiene a una decena de corredores en el paso en 61 minutos y 40 segundos.
Y ahí ya sufren dos mitos de la pista en el ocaso, Kenenisa Bekele, que empieza a descolgarse, y Mo Farah, que el jueves anunció que este sería su última maratón, su baño de masas finales.

El maratón es de los jóvenes, de Kiptum, que empieza una operación de demolición progresiva sobre sus rivales: en el kilómetro 25, resisten ocho; en el kilómetro 30, aguantan cinco; en el kilómetro 35, hace tiempo que camina solo con casi medio minuto sobre sus rivales.
Su segunda media maratón, por debajo de la hora, es una brutalidad, alcanzando ritmos medios de 2:46 minutos cada kilómetro hasta el kilómetro 35, cinco kilómetros que cubre en 13:49, cuando escoge su propio camino, y de 2:49 y 2:50 en los tramos finales.
El atleta de Nike lo tiene todo para convertirse en la próxima gran estrella del maratón, con permiso de Eliud Kipchoge, tras una progresión meteórica. En el verano de 2021 ganó su primera carrera por debajo de la hora, una media maratón en Lens (Francia).
En octubre, rebajó el registro hasta 59:02 en Valencia. Un año después, volvió a la capital del Turia, y venció el pasado diciembre batiendo el récord de la prueba en 2h01:53, el mejor tiempo que nunca jamás tuvo un debutante, el tercero de la historia.
Con información de Runners World