
Contaminación sónica, proliferación de vendedores, mal estado de las unidades y alta velocidad son las quejas más recurrentes de los maturineses
El servicio del transporte público en la ciudad de Maturín, es una verdadera necesidad ante la agobiante problemática del combustible.
Con el aumento de las tarifas, los usuarios exigen que los transportistas den un mejor servicio, porque consideran que el actual es «pésimo» y no hay supervisión.
Para Carmen Rojas, residente de Sabana Grande, la mayor problemática es el alto volumen de los equipos de sonido en las unidades de transporte, «esto impide que los conductores escuchen a tiempo el anuncio de las paradas, y casi que nos llevan para sus casas».
La ciudadana alega que a esto se suma la proliferación de vendedores, que en muchas veces tiene mal aspecto, «dan hasta miedo, porque algunos intimidan cuando hablan, diciendo que ya ellos no roban, que prefieren pedir».
«El billete de 500 bolívares lo miran feo»

Para los trabajadores y estudiantes, conseguir efectivo en la ciudad es un verdadero reto, debido a los escasos cajeros automáticos que existen, lo que da lugar a que los comercios asiáticos actúen como entidades para dar «avance en efectivo».
Por ello ven como exagerado que los transportistas miren de mala gana, «cuando le entregamos un billete de 500 bolívares, pues, no te dicen nada con la boca, pero sí con los gestos, es que ya lo comenzaron a verlo feo», apunta Verónica Gil, trabajadora de la avenida Bellavista.
«Como usuaria del servicio, también debemos exigir. Las unidades, en su mayoría, están en mal estado, viven compitiendo a toda velocidad para agarrar los pasajeros y nadie les pone un parao», añade Pedro Flores, residente de Las Cocuizas.
Los usuarios entrevistados concuerdan en las quejas y solicitan a la Dirección de Transporte de la Alcaldía de Maturín, la supervisión en cada una de las paradas, para que el servicio vaya mejorando.
Fotos: Osmel Rodríguez