La emblemática playa de Bondi Beach, en Sídney, se convirtió este viernes en el epicentro del dolor y la unidad nacional.
Cientos de personas, incluyendo surfistas, nadadores y ciudadanos conmovidos, se congregaron para rendir homenaje a las 15 víctimas del tiroteo ocurrido el pasado fin de semana durante una celebración de Janucá, calificado como el peor ataque armado en el país en casi 30 años.
Un círculo de unidad en el mar
En un acto cargado de simbolismo, una multitud de nadadores y surfistas se adentró en el océano utilizando tablas y kayaks para formar un inmenso círculo humano sobre las olas.
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Mientras tanto, en la orilla, miles de asistentes encendieron velas y guardaron silencio en memoria de los fallecidos, entre quienes se encontraba la pequeña Matilda, de solo 10 años, cuyo funeral conmovió a la nación el pasado jueves.
El primer ministro, Anthony Albanese, quien declaró la jornada como un “día de reflexión nacional”, instó a la población a dedicar un momento de recuerdo a las víctimas y subrayó la necesidad urgente de reflexionar sobre la violencia en la sociedad.
Respuesta gubernamental
La tragedia en Sídney ha provocado una reacción inmediata del Ejecutivo australiano. En una rueda de prensa, el primer ministro Albanese anunció un paquete legislativo diseñado para reforzar el control de armas y reducir drásticamente su circulación en manos privadas.
Las medidas clave anunciadas incluyen:
- Plan de recompra y destrucción: El Gobierno espera retirar de circulación y destruir cientos de miles de armas de fuego.
- Registro Nacional de Armas: Creación de una base de datos unificada para rastrear la propiedad de armamento en todo el país.
- Límites de propiedad: Se establecerá un tope máximo de armas que una persona puede poseer legalmente.
“Esperamos que cientos de miles de armas de fuego sean recolectadas y destruidas a través de este plan”, afirmó el mandatario, destacando que Australia cuenta actualmente con más de cuatro millones de armas en manos civiles.
Un precedente histórico
Australia tiene una tradición de respuesta firme ante este tipo de crisis. Tras la masacre de Port Arthur en 1996, el país implementó leyes de armas que se convirtieron en un modelo global. Este nuevo endurecimiento legislativo busca honrar ese legado y garantizar que tragedias como la de Sídney no vuelvan a repetirse en suelo australiano.
Con información de Caraota digital