El mes de diciembre llega cargado de muchas tradiciones en nuestro país, empezando por las comidas típicas, los intercambio de regalo, la tradicional llegada del Niño Jesús, las decoraciones de casas, calles y plazas con motivos navideños, la costumbre de pintar los hogares, la celebración del Día del Espíritu de la Navidad, y además, de hacer sonar la ciudad al ritmo no solo de gaitas y villancicos, sino también con el sonido de una gran cantidad de juegos pirotécnicos.
Es por ello que para seguir con estas costumbres, muchos monaguenses tienen el hábito de comprar fuegos artificiales para entretenerse con ellos durante todo el mes, práctica que finaliza con una fiesta de sonidos que anuncian la llegada del año nuevo.
En diversos comercios expendedores de estos explosivos ya empiezan a aumentar sus ventas, especialmente los que suelen manipular niños y que son pedidos a sus padres o representantes.
«Este año nos afecta un poquito el tema del dólar, como a todos los comerciantes, pero gracias a Dios se ha empezado a activar la ventas, en especial, los vendedores de San Vicente, La Morrocoya y Caicara», expresó Belkis Maza, representante de una tienda pirotécnica.
Entre los más solicitados se encuentran las cebollitas, fosforitos, estrellitas y minifos, que tienen un precio a partir de los 100 bolívares la caja de cebollitas, mientras que la caja de fosforitos cuesta Bs. 250, hasta los más costosos, llamativos y exuberantes; que suelen ser las llamadas “tortas” que su precio alcanzan hasta los 300 dólares.
«Aquí nosotros explicamos el manejo, sobre todo cuando son productos grandes como las tortas y los cohetes. Siempre lo hacemos porque nos conviene que ninguna persona resulte lastimada. Yo como profesora no me canso de explicar el manejo correcto» expresó Belkis Maza.
Fotos: Osmel Rodríguez
