Según la Asociación de Hoteles y Turismo de Aruba, las rutas comerciales aéreas entre ambos países han experimentado una drástica disminución en los últimos años, desde el cierre de la frontera. En 2018, antes de la restricción, se registró la llegada de 50.582 turistas venezolanos, cifra que disminuyó a 14.958 en 2019, año en que se impuso la prohibición, representando una caída del 70,4%.
En medio de la pandemia, en 2020 solo ingresaron 1.218 venezolanos a la isla, y en 2021 esta cifra se redujo aún más a 1.190 visitantes. Este flujo de turistas venezolanos no solo beneficiaba a la industria hotelera y gastronómica de Aruba, sino también al turismo de compras.
El vicepresidente de la Cámara de Comercio del municipio Colina, Juan Gotopo, expresó su sorpresa ante la renovación de la prohibición y señaló que esta decisión va en contra de los intereses de los arubianos, quienes esperan la reanudación del tráfico aéreo para impulsar sus economías.
Gotopo calificó la prolongación de la prohibición como «absurda, ilógica y sin sentido», y destacó la necesidad de retomar la conexión aérea directa entre ambos países, lo cual beneficiaría tanto a los arubianos como a los venezolanos.
Instó al Gobierno de Aruba a seguir el ejemplo de Curazao, que ha implementado medidas de control y formalización de las relaciones migratorias, permitiendo un intercambio comercial, cultural y turístico más abierto.
Por su parte, destacó la voluntad del Gobierno venezolano para establecer alianzas y fortalecer los lazos de hermandad con Aruba, resaltando la importancia de la cercanía geográfica entre ambas naciones.
Cortesía Agencias.
