Este viernes 26 de mayo, un grupo de residentes de la urbanización La Viña, en el sector Los Cortijos de Maturín, se apersonaron a la Alcaldía para exigir que se respete la propiedad privada, ante supuestas pretensiones de varios integrantes del consejo comunal y de algunos vecinos, tomar la cancha del sitio para beneficio personal.
Es por ello que solicitaron una audiencia con el juez de paz del municipio, Pedro Viscochea, para hacerle entrega de más de 200 firmas de los propietarios en rechazo de los acuerdos establecidos el jueves 25, luego de una reunión de cinco horas, en el que se pactó ampliar las normas de convivencia dentro del Parque Residencial, para el uso del área deportiva.
María Mejías, propietaria afectada, comentó que «venimos un grupo a hablar con el juez de paz que no nos quiso atender porque ayer se firmó un acta entre algunos representantes de juntas de condominio y del consejo comunal. Recogimos firmas porque no estamos de acuerdo que el consejo comunal quiera tomar la cancha para que todas las comunidades ubicadas alrededor de La Viña hagan vida deportiva. Queremos que el uso de las áreas verdes y en común sean para los propietarios e inquilinos».
«No podemos ir a San Miguel y Palma Real todo el que quiere jugar y pasar libremente porque es privado. Queremos que se respete la propiedad privada. Si el consejo comunal quiere convivir, que haga su trabajo y respetar las decisiones de la junta de condominio y asamblea de propietarios», reiteró.
Asimismo, Mejías acotó que «estos apartamentos no fueron construidos por Inavi ni la Misión Vivienda. Estos terrenos no son ni de la Alcaldía, porque somos nosotros los propietarios; así no queremos que funcione el consejo comunal, si van a pintar la cancha y colocar un bombillo y decir que se coloque allí solo lo que ellos quieren, no los vamos aceptar».
En este sentido, Liliana Díaz, una de las presentes en la reunión del jueves, explicó que el encuentro con el Juez se demoró porque ninguna de las partes daba su brazo a torcer y solo fueron citados uno de cada condominio, cuando la junta la conforman 7 personas por cada torre.
«Firmamos un acta donde expresa que mientras se haga el reglamento de las normas de convivencia se iba a dar uso de forma controlada con horario y demás, pero cuando se publicó el acuerdo en el chat de los grupos de Whatsapp de los condominios, todos los propietarios mostraron su rechazo porque no quieren que se forme ninguna academia en la urbanización», dijo.
Fotos: Osmel Rodríguez
