Tres familias del sector Los Cortijos, en Maturín, viven a merced de un desastre inminente, debido a que el terreno donde se encuentran sus viviendas sigue cediendo, poniendo en riesgo sus vidas y sus pocos bienes.
Los afectados informaron que durante cuatro años a hecho múltiples solicitudes de ayuda a las autoridades regionales y aún no reciben respuestas ni la atención requerida.
Según estas familias, la problemática se suma más de cinco años, agravándose significativamente en los últimos dos años y medio, debido a las inclemencias del clima y al deterioro del sistema de drenaje que atraviesa la zona.
“Cada vez que llueve continua abriéndose el barranco y las casas van cediendo, y es el miedo que tienen estas tres familias; porque hay niños y personas de la tercera edad. Ya se cayeron los árboles grande que habían en el patio y tememos lo peor”, mencionó Agustín Maurera, coordinador de los adultos mayores del sector.
Los afectados mencionaron que, inicialmente, siete viviendas se veían afectadas por la situación, pero algunos residentes lograron mudarse a otras localidades por temor a un desenlace fatal.
Además, mencionaron que hace dos años tenían espacios en sus patios, pero ahora, el agua ha erosionado el terreno y están al borde de que las casas terminen de colapsar. Entre los habitantes en riesgo se encuentran 12 niños, personas mayores y con discapacidad, cuya seguridad está comprometida por la precaria condición estructural de las viviendas.
Las familias afectadas claman por una respuesta efectiva y acciones concretas para garantizar su seguridad y bienestar.
Fotos/Osmel Rodríguez