Transeúntes de la calle Monagas, ubicada en pleno casco central de la ciudad de Maturín, denuncian que el espacio se ha convertido en una «guerra de minitecas».
Explican que pasar por el sitio, entre la avenida Miranda hasta la Girardot es «tener que soportar el exceso de volumen» de un importante número de cornetas que colocan para llamar la atención de los clientes.
«Uno va caminando por una acera y va aturdido por el sonido, cruzamos al otro extremo y resulta igual. No son dos o tres locales, son muchos que ahora aplican esta modalidad. No estoy en contra del ruido y la música, pero debe ser a un nivel que no afecte a ningún ciudadano», expresó Juan Campos.
Otro de los encuestados fue el señor Daniel Díaz, él refiere que «se llega a un punto en el que no sabes que canción escuchar porque todas suenan muy duro y atormenta. No conforme con el calorón que estamos viviendo, sino que ahora es esta contaminación sónica».
Por su parte, Linda González, destacó la necesidad de un control de esta situación que «quizás pasa desapercibido por mucho de nosotros, pero debe existir un orden. Nosotros entendemos todo lo que los comercios viven y no deben permitir que otro u ellos mismos caigan en esto».
En este sentido, hacen un llamado a los comerciantes de ese tramo tan concurrido del centro para que se establezcan los correctivos oportunos y se mantenga, «en la medida de lo posible, armonía en el centro».