El ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, anunció este viernes que viajará la próxima semana a Caracas para negociar con las autoridades venezolanas la inmediata retomada de las importaciones de energía del país vecino; unas suspendidas en el gobierno de Jair Bolsonaro.
Silveira afirmó que aprovechará el viaje para inspeccionar la central hidroeléctrica de Guri. Represa localizada sobre el río Caroní y de donde procedía la energía que Venezuela transmitía al estado brasileño de Roraima; así como la línea de transmisión existente entre los dos países desaprovechada desde hace cinco años.
«Queremos regresar de Venezuela con una fecha definida (para la retomada de las importaciones). Si la línea garantiza la seguridad de la transmisión y la producción de energía en Guri está en condiciones normales, calculamos que en unos 30 días esa energía estará llegando a Boa Vista (capital de Roraima)», afirmó.
Silveira afirmó que Brasil necesita urgentemente de la energía venezolana debido a que Roraima es el único estado del país sin acceso al sistema de interconexión eléctrica nacional. Así lo informó en declaraciones que concedió a periodistas tras un encuentro que tuvo este viernes con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin la energía venezolana, este estado amazónico depende de generadores térmicos que utilizan diésel, altamente contaminantes y costosos, para garantizar su abastecimiento eléctrico.
El Guri abasteció a Brasil en el pasado
El Guri abasteció a Roraima entre 2001 y 2019, pero el gobierno de Bolsonaro suspendió las importaciones. Argumentó que los continuos apagones en el país vecino ponían en riesgo la transmisión.
El ministro agregó que la retomada de la importación de la energía venezolana estaba prevista en un decreto presidencial sancionado en agosto; y gracias a la normalización de las relaciones bilaterales desde que Lula asumió su tercer mandato, en enero pasado.
El gobierno de Bolsonaro redujo al máximo las relaciones de Brasil con Venezuela. El líder de ultraderecha (2019-2022) consideraba al presidente Nicolás Maduro un dictador.
De acuerdo con Silveira, además de garantizar el abastecimiento eléctrico de Roraima, la retomada de las importaciones de energía venezolana generará un ahorro mensual de 10 millones de reales (unos 2 millones de dólares) para los consumidores brasileños; quienes pagan más caro por la energía generada por las termoeléctricas.
«Brasil quiere modernizar su sistema energético mediante la integración con los países vecinos para que podamos garantizar la seguridad del abastecimiento; y las menores tarifas posibles», dijo.
El ministro afirmó que la retomada de las importaciones de la electricidad venezolana no interrumpirá los proyectos del país para integrar Roraima al sistema interconectado nacional. Este permitirá que el estado comience a recibir energía de otras regiones del país a partir de 2024.
Con información de El Nacional.