El Black Friday, traducido como «Viernes Negro,» es una de las jornadas comerciales más importantes del año, caracterizada por descuentos significativos en una amplia variedad de productos. Esta tradición, originada en Estados Unidos, se celebra el día siguiente al Día de Acción de Gracias, marcando el inicio de la temporada de compras navideñas.
El término «Black Friday» comenzó a usarse en la década de 1960 en Filadelfia. Los policías locales empleaban esta expresión para describir el caos y las grandes multitudes de compradores que abarrotaban las calles el viernes posterior a Acción de Gracias. El tráfico, tanto vehicular como peatonal, era tan intenso que resultaba difícil de manejar. Con el tiempo, la frase trascendió su connotación negativa y empezó a asociarse con el auge comercial de ese día.
El concepto del «negro» en términos financieros tiene raíces en la contabilidad. Tradicionalmente, las pérdidas se anotaban en tinta roja y las ganancias en tinta negra. Para muchos minoristas, el Black Friday representaba la oportunidad de pasar de números «en rojo» a números «en negro,» gracias al gran volumen de ventas generado. Así, el término adquirió un significado positivo, relacionado con la prosperidad económica.
En los años 80, el Black Friday comenzó a consolidarse como un fenómeno comercial nacional en los Estados Unidos. Los minoristas adoptaron el término y promovieron agresivas campañas de descuentos, atrayendo a millones de consumidores. La práctica se internacionalizó con el auge del comercio electrónico, y muchos países fuera de Estados Unidos han adoptado esta tradición, adaptándola a sus contextos locales.
Impacto actual
Hoy en día, el Black Friday es una fecha clave para consumidores y empresas, impulsada por las compras tanto en tiendas físicas como en línea. Se ha extendido a todo un fin de semana, culminando en el Cyber Monday, un día dedicado exclusivamente a ofertas en plataformas digitales.
Vía 2001.
